Abuso sexual infantil: aspectos generales

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Niñez

En mi primer artículo escribí sobre cómo podemos tener una parte más activa en la prevención del Maltrato Infantil. En esta ocasión a petición de algunas personas, decidí ahondar en uno de los puntos abordados en él. En un tipo de abuso que tiene efectos realmente dañinos en el desarrollo emocional y psicológico de los niños afectados. Si bien todo abuso es perjudicial para el crecimiento de un niño, éste puede llegar a marcar considerablemente su vida. Me refiero al abuso sexual infantil.

Como lo mencioné en el artículo anterior, uno de los grandes pasos que tiene que dar para prevenir que sucedan más casos de esta índole es informándose.

Entonces, ¿qué debe saber sobre el abuso sexual infantil?

Cuando un niño se ve envuelto en conductas sexuales inapropiadas ejecutadas por un adulto, en especial uno que es muy cercano, inmediatamente su integridad y estabilidad se ven quebrantadas. Si el niño está muy pequeño (de meses a 10 años aproximadamente) cuando comienza el abuso puede crecer creyendo que se trata de un comportamiento normal o de una especie de cariño entre adultos y niños; sobre todo cuando ocurre con mucha frecuencia.

Solo imagine, venimos a este mundo incapaces de cuidarnos, totalmente dependientes de los adultos próximos a nosotros. Nuestra manera de percibir el mundo se va moldeando a partir de las relaciones que mantenemos con esos adultos mientras vamos creciendo. Comenzamos a construir creencias del mundo a partir de esas relaciones. Ahora piense, ¿cómo se ve alterado el pensamiento y las emociones de un niño que, a temprana edad comienza a ser abusado? Probablemente no sienta control sobre sí mismo, o crea que es normal permitir que otra persona toque indebidamente su cuerpo o lo lastime. Puede que cuando crezca sea alguien sumiso, tímido o asustadizo; o tal vez ya no confíe más en las personas, o desarrolle trastornos psicológicos.

Ahora imaginemos una torre. Si esa torre representara a nuestra sociedad salvadoreña, ¿cómo sería? Probablemente la imaginemos frágil, tambaleante, viniéndose a pedazos. Tenemos razones de sobra para visualizarla de esa manera, porque lo vemos en las noticias o lo hemos vivido. Sin embargo ¿hemos pensado realmente en los cimientos de la torre? ¿Quiénes representan la base de nuestra sociedad? Quizás no le hemos prestado la atención suficiente porque creemos que la violencia está únicamente afuera en las calles, con los grupos de crimen organizado; porque sentimos que la parte más alta de la torre se nos viene encima.

La violencia que afecta a nuestros niños, también incide a que nuestra sociedad se encuentre como esté. Piense, ¿cómo crecen estos niños que son violentados sexualmente? ¿Cómo serán de adultos?

Los pequeños, si queremos usar la misma comparación, también son como pequeñas torres en constante construcción. Y la solidez de sus cimientos va a depender mucho de las experiencias vividas en sus primeros años de vida.

¿Qué más debe saber?

El abuso sexual infantil puede manifestarse de forma directa o indirecta.

¿Cuándo se trata de un abuso sexual directo?

-Cuando hay tocamientos indebidos de parte de un adulto hacia un menor, como roces o caricias en sus partes privadas.

-Cuando un adulto obliga a un niño a tocar sus genitales.

-Un acto de violación. En este punto quiero que preste mucha atención, porque algunas veces se tiende a creer que violación y abuso sexual son lo mismo. Se trata de una violación cuando, el agresor ejerce la fuerza para dominar a la víctima con el fin de mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad. Hay un acceso carnal u oral violento. Y en cuanto a abuso sexual infantil es toda conducta sexual inapropiada por parte de un adulto hacia un niño.

-Obligar a que un niño toque inapropiadamente a otro.

¿Cuándo se trata de un abuso indirecto?

-Por ejemplo, cuando un adulto obliga a un niño a ver pornografía, o a verlo masturbarse.

-Cuando se obliga a un menor a presenciar una violación o un acto sexual consentido entre dos adultos.

-Tomar fotografías o videos a niños en poses sexuales y publicarlas en plataformas virtuales ya sea para fines comerciales o de placer.

¿Quién puede ser un abusador sexual infantil?

Lamentablemente no hay un perfil exacto para identificar a un potencial agresor. Puede serlo un padre, una madre, una empleada doméstica, un profesor, un entrenador, un líder religioso. En conclusión, cualquiera puede serlo, independientemente de su género, estatus social o religión.

No hay un perfil específico. Cualquiera con una fachada considerada normal podría abusar de un pequeño. Más, hay ciertos patrones de conducta que llevan a cabo para cometer el abuso y, a su vez, hacer que el niño no diga nada al respecto.

¿Cuáles son esas conductas?

Observan y evalúan a la que será su víctima. Por ejemplo, si es un niño demasiado tímido o retraído; si su familia es desintegrada o negligente. Es decir, evalúan las vulnerabilidades.

Algunos agresores se acercan y se ganan la confianza paulatinamente del niño o de su familia. En este punto también quiero que preste atención, ¿por qué para el agresor es tan importante aproximarse tanto al niño? Porque pretende ganarse el afecto del niño, establecer un vínculo con él y de esta forma hacer ver su abuso como algo que es “normal” entre adultos y niños que se quieren mucho.

Para ganarse la confianza del niño, suelen regalarles cosas (dulces, postres, juguetes) o dinero.

Usan su táctica de “guardar un secreto”. Es posible que, el agresor pida al niño mantener en secreto el abuso antes y después de cometerlo, haciendo énfasis al niño que si alguien más sabe de él, ya no va a ser tan especial o que la relación que hay de supuesto cariño entre ellos, ya no será la misma.

Intimidan al niño, les hacen creer que si mencionan del abuso a alguien más, nadie va a creerle, porque él lo permitió o porque él es el adulto (esto resulta mucho más difícil para el niño cuando el agresor es un personaje público, su propio padre, madre, o un líder religioso).

Amenazan con matarlos o hacer daño a su familia.

Hasta este punto he hablado sobre los agresores que observan y se vuelven muy cercanos a la víctima. Pero no hay que dejar fuera el tipo ocasional que puede acercarse mientras el niño está en un lugar público como parques, centros comerciales. Pueden usar la misma estrategia que mencioné arriba: ofrecerle dulces, dinero o juguetes, para convencerlos de ir con ellos.

¿Y cómo actúa el agresor que forma parte de la familia del niño?

Cuando es el padre o la madre, el abuso es más frecuente y más dañino, puesto que la cercanía es inevitable. Coartan e intimidan al niño bajo la supuesta “autoridad parental”.

En algunos casos, cuando uno de los miembros de la familia se entera del abuso, guarda silencio y no lo notifica a las autoridades. Esto, déjeme decirle, es un acto de complicidad y negligencia infantil.

¿Qué señales puede dar un niño que está siendo abusado?

Los niños por lo general tienen una manera de expresarse muy diferente a la de un adulto. Tampoco procesan lo que les sucede como lo haría alguien mayor. Muchos niños sienten vergüenza, culpa y mucho temor después de los abusos (sobre todo si el agresor lo tiene bajo amenaza). Razón por la que pueden llegar a callarse el abuso, incluso hasta la adultez. Sin embargo, podría haber algunas señales que un niño está siendo abusado.

-Cambios drásticos de conducta. Usualmente el niño era activo, pero de repente, usted observa que ya no juega, que se queda quieto en el mismo lugar; que se aísla, se ha vuelto tímido y retraído.

-Pérdida del sueño u apetito.

-Irritabilidad. Se enoja, hace rabietas más de lo normal.

-Tiene pesadillas con frecuencia.

-Se comporta diferente con determinada persona.

-Si juega, muestra conductas extrañas al momento de jugar.

-Tiene comportamientos característicos a niños más pequeños (por ejemplo, si ya tiene ocho años, y ya sabe ir al baño por sí mismo, vuelve a la etapa en que estaba aprendiendo a hacer sus necesidades y se hace en la ropa).

No está demás decir, que las señales anteriormente escritas, pueden presentarse como consecuencia de diferentes problemas, pero la simple presencia de estas, pueden darle la pauta de que algo no anda bien con el niño, y para intervenir.

 


Hasta acá, he escrito aspectos generales sobre este problema tan serio. En mi siguiente entrada, abordaré el punto más importante “¿cómo puede prevenirlo?” y compartiré un material que puede serle de ayuda.

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