Recientemente compartí en mi página de Facebook un video del programa británico «Secret Life of 5 Year Olds», en el cual se mostraba la ejecución de una prueba que tenía como objetivo evaluar no solo la adquisición de las normas en niños de cinco años, sino de cómo estaban los niveles de empatía a esa edad. El video tuvo un gran impacto en la gente y rápidamente se volvió viral, y con ello, también surgieron comentarios clasificando a los niños de la prueba entre buenos y malos.
¿Cómo era posible que un pequeño hubiese tenido un gesto tan empático con sus compañeros? Y ¿cómo era posible que una de las niñas fuese tan «egoísta»? Probablemente fueron las cuestiones que la gente se hizo mientras miraba el video. Pero el propósito de la prueba posiblemente iba más allá del simple hecho de encasillar a los niños entre empáticos y no empáticos. Es probable que además de entretener, ese tipo de videos tengan como fin el mostrarnos cómo es el comportamiento espontáneo de un grupo de ser humanos en proceso de desarrollo, siendo influenciados por diversas variables (biológicas, sociales y psicológicas).
Puede que esta clasificación entre buenos y malos surja de nuestras creencias religiosas y código moral (algunas veces inflexible) adquiridos de generación en generación en nuestro inconsciente colectivo; esa dicotomía de lo bueno y lo malo, lo puro y lo impuro, lo blanco y negro. Pero lo cierto es, que la empatía como otras capacidades, forma parte del desarrollo en la infancia; no estamos hablando de la esencia de una persona o de una cualidad que es únicamente característica de la infancia, porque es la única etapa en que el ser humano está falto de manchas.
Entonces, ¿cómo se desarrolla la empatía en la infancia en realidad?
Para describir el cómo, escribiré un poco de las perspectivas y teorías de tres reconocidos psicólogos que dedicaron gran parte de su vida en estudiar el desarrollo infantil: Jean Piaget, Lev Vigotsky y Martin Hoffman.
Para Piaget (1923), la capacidad de ponerse en los zapatos de otro está estrechamente anclado con el desarrollo cognitivo del niño. Los estadios tempranos de la infancia están caracterizados por el egocentrismo, es decir, el niño mismo se considera como el centro de todo. En la etapa sensorio motriz, ve a la realidad y a las personas que le rodean como una extensión de sí mismo. Aún no tiene la noción que él es uno, separado de la realidad y las personas que lo rodean.
A los dos años, cuando el niño comienza a experimentar cambios motores significativos (se pone de pie, da sus primeros pasos), es cuando empieza a diferenciar que la realidad no es una extensión suya, sino un espacio lleno de resistencias que pondrán obstáculos a su desarrollo cognitivo. Por ejemplo: si quiere un juguete que está al otro lado de la sala, el que esté a una distancia que no sea tan próxima, le exigirá al niño cierto esfuerzo cognitivo y es probable que en el trayecto se encuentre con obstáculos que deba sortear y deba buscar alternativas para cumplir con su objetivo.
Aunque a esa edad logra ser más autónomo y depende menos de sus padres, el niño sigue creyendo que los demás sienten y piensan como él, es por esta razón que surgen las rabietas porque los demás no hacen lo que él les dice. ¿Cómo es posible que no me hagan caso si yo quiero esto? Puede que piense en su egocentrismo infantil.
Pero no es hasta la etapa pre operacional, aproximadamente a los cuatro o cinco años, cuando el niño comprende que los demás también sienten y piensan de manera única, que son seres diferentes a él. Esto, gracias a que sale del espacio en que se ha desarrollado todo ese tiempo, y empieza a convivir a diario con niños de su misma edad, a través de la escolarización. La inserción a la sociedad.
Muchos creen que nos insertamos a la sociedad, al fin, cuando ya sé es un adulto, se tiene un empleo y una familia, cuando la realidad es que, nosotros entramos a la sociedad al momento exacto en que salimos del núcleo familiar y empezamos a convivir frecuentemente con otras personas, por lo general de nuestra misma edad. Entonces, el niño choca con una realidad diferente a la que experimentó cuando empezó a ser más autónomo, una realidad llena de diferentes opiniones y sentimientos.
A este punto también se da la adquisición de las normas de la sociedad: botar la basura en su lugar, las palabras mágicas para tener una buena convivencia, esperar su turno en un juego, ordenar sus cosas, etc. A pesar de la convivencia y el juego con otros niños y la adquisición de las reglas, sus pensamientos, emociones y acciones aún tienen el matiz del egocentrismo infantil.
Hasta que llega a la etapa en que su pensamiento deja de ser concreto y pasa a ser más abstracto (a partir de los 10 años). Etapa que comienza considerar que las reglas impuestas en la sociedad pueden ser arbitrarias, o que el trato de puede llegar a ser injusto para otras personas. En síntesis, para Piaget la capacidad de empatizar con otros comenzaría a finales de la infancia e inicios de la pubertad, en base a la propia experiencia.
Afirmaciones a las que Vigovsky (1934), estuvo en desacuerdo, quien aseguraba que la interacción social tiene un enlace fundamental con el desarrollo cognitivo de los niños. La forma en que el individuo se relacione con otros, es lo que realmente definirá su aprendizaje. Creía que el desarrollo cognitivo y el aprendizaje no estaba definido por la sucesión de determinadas etapas, que, en realidad, el niño construía su aprendizaje a través de su interacción social con las personas que lo rodean: sus padres, compañeros, maestros.
El adulto juega un papel fundamental en este proceso. Cuanto más claro y dispuesto esté para guiarlo, orientarlo para la resolución de x problema más herramientas dispondrá para adaptarse en la sociedad. De este modo, las figuras representativas del niño (sean los padres o no), son significativas al momento de la constitución de su sistema de creencias, código moral y niveles de empatizar con otros.
Martin Hoffman (2000), como Piaget propuso que el niño pasa por una serie de etapas de desarrollo de la empatía, específicamente.
De acuerdo a Hoffman, en el primer año de vida, cuando el bebé observa que alguien más está llorando o sufriendo éste puede repetir la misma conducta o las mismas palabras, pero no porque ya tenga la certeza de su sufrimiento como individuo, sino porque cree que la otra persona siente lo mismo que él, como Piaget, Hoffman afirma que el niño ve a los demás como extensiones suyas. A esta fase la denominó como la fase de la empatía global.
En el segundo año, aunque el niño reconoce que el otro sufre, aún sigue creyendo que deben compartir las mismas emociones. Es decir, si ve que otra persona llora, él empezará a llorar, entonces él asumirá la misma conducta porque cree que ambos comparten las mismas emociones. A esta fase la denominó la fase de la empatía egocéntrica.
La tercera fase de la empatía hacia los sentimientos de los demás, comprendida entre los 2 y 3 años, el niño ya reconoce los sentimientos de los demás de una forma no egocéntrica, sabrá que es la otra persona y no él, la que está sintiendo determinada emoción.
En cuanto a la última fase de la empatía hacia la condición de vida del otro, se da al finalizar la niñez, el individuo ya reconoce que el otro siente y comprende que esa experiencia es el resultado de su vida.
Cada teoría tiene fundamentación sólida. Sin embargo, dadas las diferencias individuales de cada niño, nos daremos cuenta que, el desarrollo va a ser único. Piaget propone distintas etapas en las que la empatía se fundamenta en base a las experiencias propias del niño, y Hoffman reafirma esta idea estableciendo las fases de sus desarrollo, pero Vigotsky sugiere que el desarrollo moral y cognitivo del niño va más de la propia experiencia, que requiere de una interacción social para lograr entender que el otro tiene sentimientos y pensamientos de forma única, y que podemos entonces, tomar acción cuando vemos que alguien está pasando por una situación conflictiva y ponernos en sus zapatos y brindarle apoyo.
Sin duda, los tres establecieron las bases para comprender cómo se lleva a cabo el desarrollo de la empatía en la infancia, pero es necesario tomar en cuenta los diversos factores que inciden para que un niño sea empático. Los estilos de crianza de los padres juegan un papel crucial, pero también lo hace la socialización del niño con sus compañeros y maestros.
Nos daremos cuenta que, el ser humano es complejo y que, aunque parezca que la sociedad tiene demasiada disfuncionalidad, aún hay personas que no solo pueden cambiar el esquema, sino ayudar a que otros cambien la percepción que tienen de los demás.
Y me quedo hasta aquí. Si usted quiere agregar algo con respecto al tema, puede agregarlo en un comentario.
Muchas gracias por compartir este tipo de información. Me parece que para los que buscamos promover y propagar la armonía social y la conciencia individual con el fin de mejorar nuestras vidas y nuestro entorno para transformar zonas marginadas y olvidadas en zonas de florecimiento cultural y de prosperidad es una gran herramienta. Muchísmas gracias Guadalupe Calva Influenciador de Cultura y Arquitectura sustentable. He hecho desde pequeños experimentos de socialbilidad como adoptar un perro y un gato que se llevan bien… hasta una comunidad de conciencia ecológica llamada Ecobway la forma ecológica de vivir y construir . Pasando por el intento de mejorar en conjunto con mis vecinos nuestra calle tristemente la cual es el reflejo del estado de empobrecimiento social, cultural y monetario de una pequeña área perteneciente al Municipio de Ecatepec, el cual ha sido etiquetado como Peligroso, Nido de delincuentes, etc. Mi meta es concretar con hechos el que la mayoría de personas que vivimos aquí tenemos calidad humana la cual puede sacarnos de este estancamiento debido a diferentes factores individuales. Mi fe y esperanza me han hecho encontrar en las personas que tengo como vecinos esa calidad humana que siempre pense que tenían. Y aún así a veces es complicado dar un ejemplo. porque yo misma me quedo sin argumentos. Gracias nuevamente por darme esta herramienta. que se , nos será de utilidad.
De nada, me alegra que este artículo haya sido de ayuda para usted. Y muchas gracias por tomarse el tiempo de leer el blog
Abigail Rivera Psicóloga es el nombre de su página ?? Es para hacer una referencia o cómo puedo ponerle como fuente???
Buenas tardes, Mari carmen, así es. Puede ponerme como Abigail Rivera Psicóloga.
Saludos.
Excelente!!!!! Me gustaría recibir más desafíos como este soy docente y este material es muy valioso la verdad que los adultos deberíamos aprender más de los niños.
Soy maestra de educación especial y me parece fabulosa tu investigación ya que mi trabajo lo estoy dirigiendo en gran parte a desarrollar la empatía de los niños y de los docntes que trabajan conmigo, me parece que si los docentes se detienen un poco y analizan la situación, podrán comprender y aceptar la diversidad que tienen dentro de sus grupos, desarrollando la empatía es como lograremos una educación inclusiva, entre otras cosas.
Muchas gracias por compartir.
Hola podría ayudarme para citar este documento
Hola buenas tardes Reyna, sí, puede citar el artículo. Si tiene más dudas, puede escribirme a abigail.rivera@psi.com.sv