Cuando hablamos de inteligencia emocional, nos referimos a esa capacidad de percibir y reconocer las emociones tanto a nivel personal como la de los demás. Y habiéndolas reconocido, comprender cómo funcionan, es decir, qué es lo que sentimos cuando estamos tristes, felices, enojados, nerviosos; para luego aprender a cómo regularlas y canalizarlas.