Grooming: acoso y abuso infantil cibernético.

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Niñez Paternidad Problemas Sociales

En los últimos años hemos presenciado y experimentado los grandes avances tecnológicos. Pasamos del teléfono celular simple, que tenía la única función de realizar y recibir llamadas, a los teléfonos inteligentes con sus interminables aplicaciones que nos acompañan en el día a día. Y así como la presentación de un dispositivo electrónico cambió, también lo hizo la forma en que nos comunicamos actualmente.

Ahora podemos hablar, chatear, textear con otras personas sin tenerlas frente a nosotros. Basta solo buscar en nuestra lista de contactos y ya podemos establecer una línea de comunicación con la otra persona.

La forma de relacionarnos ha mejorado, según el punto de vista de algunas personas, o puede que estemos perdiendo la verdadera esencia del vínculo social, puede que digan otros. Lo cierto es, que el desarrollo de nuevas tecnologías siempre significa una mejoría; las desventajas y el uso en general dependerán en gran manera de la persona como tal.

Y aquí es donde entra el tema de la semana.

¿En qué estamos fallando los adultos para que ya exista el grooming como un tipo de acoso o abuso infantil?

Como bien lo dice el título del artículo este término se refiere al acoso o abuso infantil que se puede dar en plataformas virtuales tales como Facebook, YouTube, Instagram, etc. Para que se dé una situación de grooming, el niño tiene que haber pasado mucho tiempo conectado a internet a través de cualquier dispositivo electrónico (teléfono móvil, tableta, laptop o computadora de escritorio) sin la supervisión de un adulto. Lo que quiere decir, que usted como adulto ha delegado la responsabilidad, que a simple vista parece inofensiva, al niño del amplio uso que puede tener ese tipo de tecnología.

Puede que le dé el teléfono con el objetivo de que el niño se mantenga quieto o que lo use como una forma de refuerzo positivo si él se comporta bien. O que simplemente ocupe la tecnología como la niñera moderna ideal. “Mientras el niño esté entretenido sin causar problemas, mejor”. Si tan solo fuese así de sencillo.

Así como nuestra comunicación avanza junto con las redes sociales, también lo hacen los agresores con su forma de proceder, porque son conocedores de lo mencionado arriba, que muchos padres o responsables están desplazando mucho del tiempo libre de sus niños a la pantalla.

Ahora, ¿cómo se lleva a cabo el grooming?

Un adulto detrás de una pantalla que se hace pasar por un niño o adolescente, bajo la imagen de un perfil falso. Es lo que me gustaría que recuerde siempre.

Este adulto entra en contacto con el niño bajo una falsa identidad, de forma amistosa y agradable. Empleando un método seductor, que va atrayendo poco a poco al niño, con el fin de ganarse su confianza, y posteriormente hacer peticiones que ponen en riesgo la integridad del niño.

El agresor puede pedir a su niño que:

  • Mande fotos de lo que está haciendo en ese momento en específico.
  • Mande fotos de su cuerpo, incluyendo sus partes privadas.
  • Videos.
  • Que tengan una llamada o video llamada.
  • Que le dé su ubicación o dirección física.
  • Ver fotos o videos con contenido explícito
La pieza pertenece a una campaña publicitaria contra el grooming en Paraguay / Fuente: obedira.com.py

Y es a través de este modus operandi virtual, que se da el abuso sexual infantil. Y, es además, por este medio que el agresor podría convencer al niño para tener un encuentro para posteriormente cometer una violación.

La mera existencia del grooming nos refleja que la humanidad todavía tiene mucho que aprender de sus mismas creaciones y avances:

  • que la paternidad debe ejercer una mejor supervisión sobre cómo su niño va a emplear su tiempo libre.
  • Que los padres modernos están confiando demasiado en el entretenimiento virtual, y quizá lo más importante,
  • que, aunque como adultos nos sintamos seguros frente a la pantalla, los niños sobretodo de edades tan tempranas, con dificultad para distinguir entre lo real e imaginario, corren riesgos al estar conectados a una red tan amplia como lo es el Internet. No sabemos qué o quiénes están entre la marea virtual.  

Entonces, ¿qué puede hacer para que esto no suceda?

Suprimir el uso del teléfono celular podría ser lo primero que se le venga a la mente como recomendación. A algunos papás puede funcionarle esta estrategia de prevención, pero a otros no.

El uso del teléfono celular puede ser de utilidad si usted quiere que su hijo desarrolle habilidades, a través de juegos educativos, y está muy bien. Si no quiere suprimir el celular porque cree que es una herramienta para la educación de su hijo, no lo haga, pero OJO, tiene que tomar cuenta que:

  • Esos juegos no dependan totalmente de ser jugados en línea con otras personas.
  • Que los juegos no dependan de crear un perfil en una red social.
  • El tiempo que su hijo tendrá para jugar.

Y me quedo hasta acá con el artículo. Si le gustó puede darle me gusta o compartir el contenido. Más adelante estaría subiendo un corto informativo a la página de Facebook sobre el tema.

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