Influencia del arte en el entorno hospitalario

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«Los pacientes, por supuesto, son el foco principal para brindar el mejor tratamiento posible; pero ellos también son individuos que ameritan respeto; que pueden estar asustados y necesitar de tranquilidad; que tienen ojos, oídos y otros sentidos que necesitan y merecen recibir un ambiente placentero»

-Iden Wickings.

Por lo general, el arte y la medicina se contemplan como disciplinas muy independientes una de la otra, sino es que sumamente opuestas. Posiblemente ya conozcamos de la combinación educación-arte, deporte-arte, trabajo-arte, terapia-arte, pero nos resulte raro el escuchar medicina-arte, cuando nos referimos a la adaptación de un entorno hospitalario (especialmente en el ámbito público), adonde la población acude, específicamente para sanarse física y psicológicamente.

Y es que cuando pensamos en la palabra hospital, nos es inevitable, el enlazarlo con una experiencia pasada desagradable, es perfectamente entendible el no haber considerado tal conexión. Si vamos a un hospital es porque no la estamos pasando bien; nos hemos enfermado físicamente o hemos pasado por una etapa de inestabilidad psico-emocional.

Con la evolución de la medicina, la infraestructura y arquitectura de los establecimientos en los que se iba a tomar lugar el proceso de sanación psico-fisiológica también se vio forzada a cambiar. Se irguieron edificios grandes, grises, blancos, limpios, con pasillos y consultorios iluminados y pintados de colores tales como blanco, celeste, azul o verde claro (que según la psicología del color reflejan calma y seguridad). Un proceso de evolución, en el que el concepto de paciente también cambió, convirtiéndose en un objeto más en la escena, que en el fin principal del diseño mismo del hospital (Carpman y Grant, 1993).

Sin embargo, Iden Wickings, el autor de la frase que encabeza el artículo y escritor de la monografía Mejorando el Diseño Hospitalario, propone que no solo es necesario el tener un hospital técnicamente eficiente, sino un diseño que contribuya a las necesidades del paciente, y que uno poco atractivo o simplista podía generar ansiedad, alterar la presión arterial e intensificar la magnitud del dolor.

Hamish McDonald, un artista y paciente de cáncer del Hospital de Beatson de Glasgow en Inglaterra, ofrece un punto de vista similar a lo propuesto por Wickings, quien escribió: «soy un firme creyente que el poder del arte ha inspirado y aliviado padecimientos y que puede tener un rol principal en descargar ese peso que la enfermedad puede conllevar».

Hamish junto a sus pinturas, en el Hospital de Beatson.

Pero, ¿qué base científica existe que refuerce el tema del artículo?

Quizá el estudio científico más acertado y que refuerza la tesis presentada en el artículo es un estudio que se llevó a cabo en el suburbano Hospital de Pensilvania en Estados Unidos, en el periodo comprendido de 1972-1981, en el que se asignó a 23 pacientes que estaban recuperándose de una colecistectomía a cuartos con vista a paisajes naturales, en lugar de cuartos con paredes de ladrillo sin ventana. En comparación con los pacientes que habían pasado por el mismo procedimiento médico que estuvieron en otro tipo de habitación (sin ventana que proporcionara una vista al paisaje), se encontró que el grupo de 23 pacientes que sí tuvieron acceso a una vista más agradable, tuvo una estancia de recuperación más corta, que, según la información proporcionada por las enfermeras, tomaron menos analgésicos para el dolor y que tuvieron menos complicaciones post operatorias.

Otro estudio que comprueba el efecto del arte sobre un entorno hospitalario, es el que se llevó a cabo en Exeter, Inglaterra en 1992, en el que demostraron a través de un estudio de pacientes voluntarios, que había más tolerancia al dolor cuando eran expuestos a un video sin sonido de diferentes escenas naturales, descubriendo así que, no era necesario tener vistas a espacios llenos de naturaleza o cierta cantidad de ventanas para proveer de un ambiente reconfortante para el paciente, sino la disposición de incentivos visual.

Y más tarde, una evaluación realizada en la misma región de Exeter, en la que el Exeter Healthcare Arts Porject realizó un estudio cualitativo, encontró que el arte visual expuesto en el hospital antes mencionado fue percibido tanto por pacientes como personal y visitantes como un efecto positivo. El 43% del personal consideró que el arte había contribuido al proceso de curación de los pacientes y el 24% que el arte había mejorado los resultados clínicos.

Posibles beneficios.

  • Distracción positiva.

Se cree que los beneficios del arte se deben a la distracción positiva. Es decir, las características representadas en la obra podrían desencadenar emociones positivas, captar la atención y el interés, lo que conllevaría a reducir el estrés. Esta idea fue desarrollada por Malenbaum y colegas en una reseña realizada para la Asociación Internacional del Estudio del Dolor. Encontrando como resultado que, los estímulos ambientales, incluido el arte visual, puede incrementar el autocontrol en el paciente. Y mientras, por el contrario, cuando el hospital carecía de estímulos visuales, el paciente podía centrarse demasiado en sus propias preocupaciones, temores y padecimientos.

  • Efectos del uso de colores en las emociones.

El beneficio de la obra dependerá de los colores que sean empleados en ella y de tres características más: su calidad, iluminación y saturación. De este modo, los colores que inciten altos niveles de placer van a inducir un estado de calma, y los que generen displacer, pueden llevar como ya se mencionó más arriba a un estado de ansiedad. Los azules y verdes generalmente son los colores que generan esa sensación de comodidad (colores que encontramos en la naturaleza como, por ejemplo, las hojas de los árboles, montañas; cielo, ríos, cascadas), mientras que los rojos y amarillos podrían generar lo contrario (Valdez y Mehrabian, 1994).

Pero es necesario recalcar que, en el caso de los pacientes que son niños, los colores como el rojo y amarillo, que forman parte de los colores primarios, tenderían a incrementar la curiosidad y a despertar un sentido creativo si la obra estuviese compuesta de forma llamativa por ellos (personajes, animales, formas, etc.).

Evidencia en El Salvador.

Si bien es cierto, no se han realizado estudios o investigaciones en el país  que comprueben que el arte sí influye en los pacientes y personal de un hospital, en esta ocasión quiero compartir dos casos en el que se ha empleado el arte para mejorar el ambiente hospitalario.

Primer caso. 

Para ello se entrevistó a Douglas Rodas, un joven ilustrador que colaboró en un proyecto que tenía que ver con la inclusión del arte en la remodelación de un hospital localizado en Santa Ana.

01 ¿Cuál es el nombre del hospital en que realizó su ilustración? ¿En qué área en específico la realizó? (consulta externa, pediatría, medicina interna, etc.) (¿fue en un pasillo?, ¿entrada a un departamento?, ¿sala de espera?)

El nombre es Hospital San Juan de Dios en Santa Ana. La ilustración la realicé para la remodelación del Pabellón de Pediatría “Ángela Meza Ayau” y la ubicación del mural fue en un pasillo que conecta dos áreas del pabellón.

02 ¿En qué consiste su ilustración?

Para la remodelación del Pabellón de Pediatría del hospital, contactaron a ilustradores locales para la intervención de las diferentes áreas y salas especializadas, las cuales se conceptualizaron como un viaje intergaláctico, en el que los niños que ingresaran a las diferentes unidades del pabellón tuviesen una experiencia lúdica que disminuyera un poco el trauma que podría generarse en algunos casos. Para ello, cada sala se ideó como un planeta con un color dominante, en la que cada ilustrador invitado tenía la libertad de darle vida al mundo o planeta que se le había asignado. A mí se me asignó el único pasillo que se había previsto para el proyecto, y por lo mismo, no tenía limitantes en el uso del color ni la temática que debía abordar.

Así fue como nació el «Túnel de la Igualdad», donde mi intención era darle vida a ese pasillo que conectaba dos planetas —el naranja y el amarillo—, presentándoles a los niños nuevos amigos con características físicas totalmente diferentes (tales como el color, su forma, tamaño, etcétera), pero que todos se mostrasen felices, ya que son esas diferencias las que los hacen igual de importantes y especiales.

03 ¿Qué quiso transmitir a través de su trabajo?

Principalmente, el mural buscaba resaltar la idea que cada niño es especial sin importar su apariencia física o los rasgos que lo hacen “diferente” a los demás, porque son esos mismos rasgos de los que se debe sentir orgulloso y especial. Además, con el mural quería transmitir que en el mundo —en este caso, en el universo— hay demasiados colores y formas para darle protagonismo sólo a un color, o a un canon de belleza específico, o a los estereotipos de cómo debemos lucir para ser percibidos como personas «normales» … porque ser diferente y verse diferente, está bien y nos hace ser quiénes somos. Quería que la gente que visitara el hospital, comprendiera que —dadas algunas circunstancias y por la coyuntura de algunos casos— el hecho de ver a personas con alguna discapacidad o limitante física, no los hace valer menos o ser percibidos como inferiores, por lo que fue importante representar ese tipo de situaciones en el conjunto de personajes que creé para la pieza.

04 ¿Qué le motivó a embarcarse en ese proyecto de ilustrar en un hospital?

Realmente siempre me he mostrado abierto a participar y colaborar en proyectos sociales. Creo que lo más gratificante como creativos, debe ser el utilizar nuestro conocimiento y nuestras habilidades para aportar a mejorar el entorno en el que nos exponemos. Para mí, el que me consideraran para este proyecto fue sumamente significativo, por el mismo hecho de ver el trabajo que uno realiza aplicado en un espacio que ha mejorado la vida de miles de personas a través del tiempo, y que puede servir como una herramienta facilitadora para seguir impactando la calidad de vida de muchas otras. A esto se le sumó, que, al reunirme con los creativos detrás del proyecto, me di cuenta que otros ilustradores locales a los cuales admiro muchísimo, iban a ser parte de la iniciativa, algo que me motivó aún más a embarcarme en el proyecto, al ver a otras personas involucradas en el mismo.

05 ¿Por qué cree que es importante realizar este tipo de diseños en un lugar como un hospital?

Hace poco tuve el placer de presentar mi proyecto de graduación en la Universidad, en el que precisamente analizamos diferentes proyectos sociales de ilustradores locales. donde se empleaba la ilustración como herramienta para la realización de los cinco casos seleccionados. Una de los hallazgos que tuvimos con mi compañero de investigación, Neto Rod, fue que el hacer proyectos sociales no se limita a generar una repercusión unilateral, donde el beneficiado principal es solo el público al que va dirigido, sino que el desarrollo de estos proyecto representa un beneficio hacia ambas partes, ya que tanto el público meta obtiene un beneficio, pero también el ilustrador se humaniza más y aprende del proceso al exponerse a situaciones o contextos a los que acostumbra habitualmente.

Por mi parte, la experiencia sucedió de esa manera. Creo que el incluir expresiones artísticas en un espacio que puede llegar a ser traumático para algunos internos, puede estimular la manera en la que asimilan el proceso médico por el que están atravesando. Se genera un espacio más agradable, donde los niños se conectan con un concepto y los ayuda a entender mejor el proceso y sentirse más acogidos en un lugar donde usualmente se respira cierta hostilidad, como lo es un hospital. Pero, por otro lado, el desarrollo del proyecto representó un impacto positivo en mí, al ver el apoyo y la importancia que le dieron las personas durante la inauguración y través de las redes sociales. Muchas personas mostraron total gratitud por haber realizado la pieza y por el mensaje que la respaldaba. Eso me demostró que era importante el seguirme involucrando en este tipo de iniciativas, el exponerme a contextos o situaciones a las que soy ajeno y el compartir con los demás pensamientos e ideologías positivas, a manera de generar un impacto en las personas que ven mi trabajo.

06 ¿Qué efecto cree que tendrá su trabajo en los pacientes y personal del hospital?

Principalmente el de hacer la experiencia dentro del hospital una más lúdica, con la cual se pueden sentir identificados los usuarios y les puede ayudar a conocer la verdadera razón por la que están ahí —en ambos casos, pacientes y personal—: para mejorar y propiciar el desarrollo y la integridad personal—colectiva de la comunidad. Lo que quiero decir, es que el utilizar la ilustración y el arte a través de conceptos o ideas positivas dentro de un hospital, representa un estímulo con el cual las personas pueden acoplarse de mejor manera dentro del lugar, sin perder de vista que eso solo es parte de un proceso, pero que eventualmente este debe tener el objetivo de finalizarse. En ese sentido, la ilustración funciona como parte de una narrativa, la cual ayuda a motivar a las personas a sobrellevar ciertos pensamientos o actitudes negativas y esforzarse por un mejor futuro al que se aspira.

Segundo caso.

Se entrevistó a Mario Tévez, artista que también colaboró en un proyecto que tenía que ver con la inclusión del arte en la remodelación de un hospital público.

01 ¿Cuál es el nombre del hospital en que realizó su ilustración? ¿En qué área en específico la realizó?

En Hospital Nacional San Rafael, en sala de espera de la Unidad de Salud Mental y en sus consultorios. Hace unos años también en Archivo, se realizó un mural en memoria de la gente que sobrevivió a la masacre del Mozote. Yo solo fui un guía, la gente fue la que le fue dando forma al mural.

    

      

02 ¿En qué consiste su ilustración? Y 03 ¿Qué quiso transmitir a través de su trabajo?

Cada espacio donde están mis trabajos, bueno el trabajo de todos, consiste en transmitir vivencias. Tengo el ejemplo del Mozote, que es una dinámica que se hizo con sobrevivientes de primera y tercera generación de ese evento traumático. Yo solo fui un puente, pues, porque cada elemento que está en el mural fue de obra de los mismos sobrevivientes. Por lo menos en este. El otro que es más fresco, este, está enfocado en la lactancia materna y el medio ambiente.

En el de Salud Mental, como cada espacio tiene una personalidad, una característica, fue algo lúdico, en coordinación con los psicólogos y médicos psiquiatras; se llegó a un acuerdo con cada diseño de cada consultorio. Como es Salud Mental, se hizo para integrarse, que el paciente interactúe con él. Entonces, se ha ido moldeando cada espacio. Nos hace falta ese entorno de naturaleza, por eso casi en todos mis trabajos hay mucho azul y mucho verde, colores que se extrañan.

04 ¿Qué le motivó a embarcarse en ese proyecto de ilustrar en un hospital? y 05 ¿Por qué cree que es importante realizar este tipo de diseños en un lugar como un hospital?

Pues, a mí me motivó Ariel (fundadora del proyecto CurArte), para mí todo esto es algo nuevo, porque yo, la verdad, estaba alejado de todo esto, yo más que todo era de caballete, moldura, acrílico, pero nunca había participado en un tema hospitalario. Me contactaron por medio de un amigo.

Es vital, más que importante es vital. Sería lindo soñarlo, que cada rincón hospitalario tenga una paleta de colores que se integre muy bien. De hecho, esa plataforma que se le da al espectador, al paciente, hasta al mismo personal, es maravillosa, porque ahí vienen médicos, vienen pacientes y hay una como comunicación, hay una conexión entre el arte y la sensibilidad, que a veces la tenemos como adormitadas, y es bien lindo ver cómo se despiertan emociones cuando alguien me dice «hey, qué bonito, hey yo mire…», y empiezan a contar historias.

06 ¿Qué efecto cree que tendrá su trabajo en los pacientes y personal del hospital?

Una sonrisa. Un efecto de bienestar, de positivismo, de alejarnos un poco del entorno que nos asfixia, el efecto de decir… por ejemplo, comentó una paciente que si nosotros mismos habíamos hecho el del Mozote. «Mire, qué lindo que al fin lo conozco porque mi mamá le gusta cada vez que viene acá una vez al mes, viene y le gusta admirar los colores de las flores, y le parece que es parte de su niñez, el área que está como campiña».

Entonces ahí se ve el efecto.

Conclusión y observaciones personales.   

Aunque no contamos con pruebas sólidas para afirmar que el arte crea una atmosfera confortable para el paciente y el personal, generando así una sensación de bienestar, se puede observar a través de estos dos casos que hay cierto impacto y que, de alguna forma, ayuda un poco a aligerar la carga con la que llega el paciente al hospital y con la que puede estar laborando el personal. Asimismo, nos damos cuenta que sí se está haciendo algo en nuestra región, que ud paciente sí importa.

Sabemos que las condiciones de muchos hospitales en el país son deplorables y que ha habido poca sino es que nula intervención para mejorarlas. Pero es importante conocer el otro lado de la moneda, en el que sí se está trabajando porque de esta forma estaremos conocedores que como población merecemos condiciones ambientales que se adecúen a nuestras necesidades. Sí, merecemos atención profesional, pero también un entorno que nos ayude a aliviar ese peso con el que llegamos a un centro médico.

 


Referencias:

  1. Nightingale F. Notes on nursing: what it is and what it is not. London: Harrison; 1859
  2. Gesler W, Bell M, Curtis S, Hubbard P, Francis S. Therapy by design: evaluating the UK hospital building program. Health Place2004;10:117–28
  3. Ulrich R. View through a window may influence recovery from surgery. Science1984;224:420–1[PubMed]
  4. Scher P, Senior P. Research and Evaluation of the Exeter health care arts project. Med Hum2000;26:71–8 [PubMed]
  5. Malenbaum S, Williams AC, Ulrich R, Somers TJ. Pain in its environmental context: implications for designing environments to enhance pain control. Pain2008;134:241–4 [PMC free article] [PubMed]
  6. Valdez P, Mehrabian A. Effects of color on emotions. J Exp Psychol Gen1994;123:394–409: [PubMed]

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