El simple hecho de juntar la palabra masturbación con infancia, puede que genere en los padres cierta preocupación o sorpresa porque por lo general, se tiende a asociar esta palabra con la fase de desarrollo de la adolescencia. Y, si se da el caso de encontrar a su hijo pequeño masturbándose, puede que usted reaccione enojado, impactado y lo que mencioné anteriormente, con preocupación.
Entonces, ¿qué debe saber sobre la mastubración infantil?
1-En primer lugar, ¿qué es? Y ¿por qué se hace?
La masturbación es un acto normal de descubrimiento y autoexploración. El niño por naturaleza es curioso, desde que nace está en la constante búsqueda y descubrimiento tanto de su cuerpo, como de lo que hay alrededor de él. En las etapas más tempranas, cuando todavía es un bebé, como auto exploración el niño puede llevarse a la boca los pies, las manitas o lo que tenga a su alrededor. Lo mismo sucede con la masturbación.
Los órganos genitales son una zona muy sensible y el niño descubre tras tocarse o rozarse que le genera placer. Porque los niños también son seres sexuados, y aquí puede surgir una confusión. Cuando se habla que los niños también son sexuados, no significa que ellos ya sepan qué es el acto sexual en sí, o que son morbosos, pícaros, etc. Significa que también sienten placer ante el contacto con sus zonas erógenas.
Pero es necesario aclarar que, no necesariamente todos los niños van a pasar por esta fase de autoexploración. El desarrollo va a variar por cada niño, porque cada niño crece en condiciones únicas. Por lo tanto, no quiere decir que por regla el niño va a masturbarse para conocer su cuerpo. Algunos lo harán, otros no.
2- La edad en que se puede presentar esta conducta.
De entre los 2 a los 10 años.
3- Cómo reaccionar.
Por lo general, cuando un padre se encuentra a su niño masturbándose, lo primero que se le viene a la cabeza es decirle «no haga eso, niño sucio», «no se toque porque eso está sucio», o terminan pegándole.
¿Qué mensaje está enviando al decirle que no se toque porque eso es sucio, o al pegarle? Que sus genitales están sucios, que la sexualidad es algo sucio. Le está transmitiendo sutilmente que la sexualidad es algo de lo que debemos avergonzarnos o de lo que no se debe hablar nunca.
Y puede que surja la pregunta: entonces, ¿qué se debe de hacer en esos casos?
Comunicarse. Ya escribí en artículos anteriores que la comunicación es esencial para establecer un vínculo afectivo-familiar sano. El mostrarse receptivo, sin juzgar al niño, va a bridarle esa apertura para que el niño se comunique con usted.
Una de las mejores formas para comunicarse con el niño, puede ser a través del juego. No tiene que sentarse y darle una larga explicación de cómo funciona la sexualidad, porque el niño no le va a prestar atención.
Lo esencial es que busque una forma para interactuar con él y enseñarle que la masturbación es un acto íntimo y que debe hacerse en privado.
4- Cuándo debe preocuparse.
Cuando después de haber hablado con el niño, éste se masturbe en público y lo haga repetitivamente. Y además vaya acompañado de otros síntomas como: pérdida de sueño y/o apetito, cambio de comportamiento, retraimiento, irritabilidad, llora con facilidad, o tiene miedo estar cerca de x persona.
Así que, si usted se encuentra en esta situación, maneje la situación con calma y disposición a orientar a su hijo, en lugar de evadir el tema o tratar de eliminarlo. Porque entonces su niño puede buscar información de fuentes que no sean fidedignas.