Cuando hablamos de subestimar a los niños, nos referimos a creer que el niño no tiene las capacidades o inteligencia suficiente para afrontar determinadas situaciones. Puede que usted lo haga para protegerlos y que no tengan que pasar por algo tan difícil, pero es necesario comprender que todo ser humano debe enfrentarse a retos u obstáculos, no solo porque debe ser así, sino porque eso contribuirá a que desarrolle las herramientas para afrontarse al mundo, y por ende, sea una persona resiliente en el futuro.
Pero ¿cómo y cuándo subestimamos las capacidades e inteligencia de los niños? Acá dejo algunas situaciones, en las que comúnmente, usted como padre, o simplemente como adulto actúa para proteger o ayudar, puede subestimar a los niños:
En su desarrollo motriz.
-El niño está empezando a gatear, a sostenerse por sí mismo, a dar sus primeros pasos, y se cae en sus primeros intentos, así que usted decide sostenerlo, o llevarlo siempre en brazos para evitar que se golpee.
Los niños necesitan moverse, usted puede notarlo desde el momento en que un niño recién nacido rodea su dedo con su minúscula mano; también cuando comienza a llevarse las manos o los pies a la boca, y luego a gatear, pararse él solo y después a caminar. Es a través del movimiento, que el ser humano en sus primeros meses de vida, que empieza a conocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea. Y que además ayuda al niño a convertirse más independiente.
Caerse es parte de su aprendizaje, esto hace que el niño busque formas para evitar la caída, empezar a desarrollar más el equilibrio, y cuando por fin logra sostenerse o caminar, él se da cuenta que fue capaz de hacer algo por él solo, sin su ayuda.
Si usted no lo deja gatear, pararse, dar los primeros pasos, y cuando ya está un poco más grande, correr, no solo estará interrumpiendo su desarrollo motor, sino que estará enviando los siguientes mensajes: 1) que el mundo está repleto de peligros (lo que puede volver al niño temeroso de explorarlo), 2) que él no puede desenvolverse sin estar usted presente y 3) rendirse a la primera caída.
En su desarrollo lingüístico.
-El niño empieza a hablar, y tiene dificultad para pronunciar las palabras, y por esa razón decide comunicarse a través de señas, y usted acepta esa forma de comunicarse en lugar de ayudarle a que poco a poco pronuncie bien las palabras, porque cree que es muy difícil para él.
Un recién nacido se comunica con sus padres a través del llanto, luego, conforme va creciendo, empieza a balbucear y a decir sus primeras palabras. En el transcurso de su aprendizaje, habrá palabras difíciles de pronunciar, o el niño encontrará demasiado difícil y preferirá comunicarse con usted a través de señas.
Como en el punto anterior, el lenguaje hablado es crucial para nuestro desarrollo, es por éste que logramos comunicarnos con la sociedad. Por tanto, si usted ya descartó que el niño no tiene problemas en sus oídos, boca o lengua, en síntesis, que no tiene ningún problema físico que le impida hablar, estimúlelo con palabras fáciles con una sola sílaba para empezar (sol, pan, mar), y cuando observe que el niño ya domina esas palabras, comience con palabras con dos sílabas, y tres respectivamente. Pero no se acomode a ese sistema de comunicación, porque cuando el niño tenga que integrarse a un grupo (ir a la escuela), al no poder comunicarse con sus pares, no podrá establecer relaciones sociales (hacer amigos, jugar). Y si un niño no juega y no se relaciona con otros niños, el niño no va a desarrollar sus habilidades sociales.
Y recuerde, el lenguaje es fundamental para desarrollar el pensamiento y otros procesos cognitivos importantes, como la memoria a corto y largo plazo.
En su desarrollo académico.
-Al niño le dejan una tarea y porque usted considera que es muy difícil, decide hacérsela.
Este apartado está igualmente relacionado a los dos anteriores, puesto que como ya lo mencioné, si usted decide resolver todos aquellos problemas que se presenten durante el crecimiento del niño, él no aprenderá a ser autosuficiente ni a desenvolverse.
Las tareas escolares son actividades que no solo contribuyen a su aprendizaje, sino también proporcionan el sentido de la responsabilidad y organización personal. Si usted, decide hacerle las tareas escolares, porque observa que para el niño es muy difícil, estará enviando el mensaje que él puede delegar responsabilidades que son solo suyas a otras personas, y que tiene que depender de la ayuda de otro para resolver sus propios retos. Y volvemos a lo que ya se mencionó más arriba: el niño, puede volverse alguien dependiente y/o temeroso cuando se le presente una situación que le exija cambiar o actuar.
En su desarrollo psico-emocional
Dejé este apartado para el final porque en este punto quiero que preste mucha atención. Si bien los puntos que mencioné ya también son importantes, subestimar las capacidades psico emocionales puede ser más perjudicial para el niño. Este aspecto está relacionado directamente a la estructura familiar con la que crece el niño. A continuación expondré los dos ejemplos más comunes en que se puede subestimar al niño:
-Un miembro de la familia ha fallecido (padre, madre, abuelo, tío etc.) y usted le dice, por ejemplo, que la persona se fue a dormir, se fue a otro país, se fue volando u cualquier otra cosa, eludiendo a toda costa decirle la verdad: que murió.
«El niño no lo va a soportar», «va a sufrir», «le va a doler mucho» son los pensamientos generales en que los adultos basan para no decir la verdad. Probablemente, esto se debe porque se tiende a asociar niñez con debilidad. Sin embargo, si analizamos el ciclo de vida, nos daremos cuenta, que hay situaciones de las que no tenemos control, y a las que tendremos que enfrentarnos, seamos adultos o no. Aunque su intención sea la de alejar el dolor, como si se tratara de algo material, será muy difícil, porque de toad maneras el niño tendrá que lidiar con la ausencia de ese miembro de la familia que ya no está.
Y si usted le dice al niño algo que para él todavía no es comprensible (ya que la forma razonar evoluciona conforme vamos creciendo), puede malentenderlo y crearse su propia realidad. Usaré uno de los ejemplos que puse arriba, usted le dice: su papá se fue a dormir para siempre. Si el niño es muy pequeño de entre 3-6 años, él creerá que su papá de verdad se quedó dormido, y puede creer que si él se duerme puede no volver como su papá; puede que tenga problemas para conciliar el sueño; es posible que tenga miedo que usted se vaya a dormir «y ya no despierte» más. Él lo creerá porque aún no tiene el nivel de pensamiento abstracto para comprender el sentido en que usted le dijo las cosas.
Lo más recomendable cuando hay un fallecimiento en la familia es explicarles qué es la muerte y aclararles que también es parte del ciclo de la vida, que es algo natural, por el que todo ser vivo va a pasar. Incluso, puede explicárselo con palabras sencillas, entendibles para su edad, sin la necesidad de que pase algo antes en la familia, para ello podría recurrir al juego o al dibujo, pero hable con el niño.
-Los padres se separan, pero fingen que aún están juntos para no lastimar a los hijos.
En este aspecto, no me detendré mucho, porque el modo de actuar es similar al anterior. Hablar, explicar. Usted solo tiene que buscar las palabras acordes a la edad del niño, sentarse junto a su ex pareja y entre los dos, explicarle que como pareja ya no estarán juntos, pero que como padres siempre van a estar presentes.
Armar una mentira de este tipo sería ofender la inteligencia de su niño. Los niños perciben y observan cuándo hay algo diferente en la familia, y sacan sus propias conclusiones. Créame, aunque le tome mucho tiempo tejer esa mentira, el niño lo descubrirá tarde o temprano.
Hasta acá llego con las situaciones en que usualmente los niños son subestimados. Así que para terminar, solo me queda decir:
- Ser un padre responsable y protector también tiene sus límites. Proteger no es igual a ser condescendiente.
- Los niños están un proceso de autoconstrucción. Sí, usted puede ayudarlo, pero a construir unas bases fuertes. Usted es solo un guía.
- Los niños perciben cómo son tratados, ellos notarán que usted no confía en sus capacidades para resolver conflictos, y esto puede contribuir a que él niño dude de sí mismo.